miércoles, 12 de diciembre de 2007

ALAMBIQUES Y DESTILACIONES



La operación unitaria de destilación es una de las más empleadas en la industria química, petroquímica, alimentaria, farmacéutica y perfumera, para la separación de los componentes que forman mezclas líquidas miscibles. La destilación es una operación unitaria de transferencia de masa, tal como la absorción o la cristalización.
De acuerdo con el diccionario (Valiente, 1990) la destilación es la operación cuyo fin es la separación de dos o más líquidos miscibles mediante la ebullición. Los vapores obtenidos se recuperan como producto deseable y se condensan. Los vapores condensados son más ricos en el líquido o líquidos más volátiles, mientras que los fondos, o líquidos remanentes, son más ricos en las sustancias menos volátiles. Esta operación recibe también los nombres de alambicación, refinación, agotamiento, fraccionamiento y rectificación.
Origen
Hasta donde se sabe, el proceso de la destilación fue inventado por los alquimistas egipcios, quienes emplearon gran cantidad de aparatos diseñados para vaporizar sustancias volátiles y tratar los metales con ellas. Parece que, ocasionalmente, se realizaba una especie de destilación de líquidos. Por ejemplo, se calentaba agua de mar en calderos cubiertos y se sacudían las gotas condensadas en las tapaderas, con el fin de usarlas como agua para beber. Asimismo, el aceite de pez se elaboraba por el calentamiento del alquitrán y la subsecuente condensación de su vapor. El mercurio se obtenía al calentar el cinabrio (mineral de sulfuro de mercurio) sobre un plato de hierro, colocado dentro de una olla cubierta con un puchero o ‘‘ambix’’, en el que se condensaba el vapor de mercurio. Posteriormente, ese término se usó para denominar al aparato completo de la destilación, en árabe al anbiq, de donde procede nuestro alambique.
Los alquimistas griegos, en el siglo primero de nuestra era, inventaron el alambique para destilar sustancias. Un alambique o destilador está compuesto de tres partes: una vasija en la que se calienta el material que se va a destilar, una parte fría paracondensar el vapor producido y un recipiente para recogerlo
La destilación se inventó como un medio para obtener un líquido capaz de atacar o colorear los metales. Ciertamente, no se conoce el uso de alambiques para propósitos no alquímicos hasta alrededor de 700 años después de su primer empleo en la alquimia, cuando los encontramos en libros de recetas. Debe comprenderse que la falta de instrumentos (termómetros, por ejemplo) y el hecho de que no se conocieran disolventes ni ácidos más fuertes que el vinagre, representaba una limitación del campo de estudio. Los antiguos químicos trabajaban principalmente sobre alambiques primitivos, lo que les impedía recuperar los compuestos de bajo punto de ebullición. De aquí que no se descubrieran productos químicos como el alcohol hasta la época de los árabes, aunque desde muchos siglos atrás se conocían bebidas alcohólicas como el vino y la cerveza

En el mundo antiguo
Los conocimientos químicos de los árabes eran considerables. Aunque no profundizaron en la química teórica, su química aplicada era positivamente superior a la de los químicos helénicos. Un grupo considerable de químicos se inclinó a las teorías y discusiones abstrusas sobre la alquimia, en tanto que varios de los notables, despreciaban a los ‘‘devotos de al-kimiya que conocen frecuentes maneras de engañar a sus víctimas’’. Un genio, Abu Mussah-al-Sofi o Geber, quien vivió alrededor de 760 dC describió métodos mejorados de evaporación, filtración, sublimación, fusión, destilación y cristalización. Otros como IbnSina, mejor conocido como Avicena, clasificaron minerales y productos químicos y describieron muy detalladamente su elaboración. Gracias a los esfuerzos de éstos se estableció la diferencia entre sosa y potasa. Dejó de ser un misterio la purificación de vitriolo, alumbre, nitro y sal de amoniaco. La mayoría de estos avances se debió a las mejoras introducidas en los aparatos y en la calidad de los vidrios y esmaltes. Los árabes fueron, por supuesto, famosos en el arte de la alfarería, especialmente por los esmaltes lustrosos y coloridos aplicados a vasijas de barro. Estos vasos esmaltados, muchos de los cuales eran refractarios, fueron bien diseñados para procesos tecnológicos. Aunque la importación de la alfarería y la porcelana de China se remonta al siglo VIII el secreto de la manufactura de esta última no se conoció en Persia antes del siglo XII

La calidad de esta alfarería contribuyó notablemente a facilitar el trabajo de los alquimistas árabes, que intentaban algo parecido a la producción en gran escala de determinados productos. Inventaron hornos cilíndricos o cónicos, en los que disponían hileras de alambiques para producir agua de rosas o ‘‘nafta’’ (gasolina) por medio del calor de los gases de combustión. Un incendio en la ciudadela de El Cairo en 1085, destruyó no menos de 300 toneladas de gasolina almacenada allí. El método del horno de galería que acabamos de describir era la única forma en que podrían producirse tales cantidades.
Los antiguos textos mencionan ciudades como Damasco entre los centros manufactureros y destiladores. Debido a ellos en la química actual tenemos nombres árabes para aparatos y productos químicos: álcali, antimonio y alambique. El procedimiento de destilar alcohol y producir ácidos fuertes, como el sulfúrico y el nítrico, afectaron de manera importante a muchas técnicas; la producción de perfumes, por ejemplo, cambió totalmente. Los químicos antiguos obtenían sus esencias por enfleurage, esto es, mezclando flores y hierbas con grasas o ceras fundidas, que después se separaban por filtración. Las esencias responsables del aroma eran así absorbidas por el aceite o la grasa. Pero los árabes empezaron entonces a mezclar las hierbas y las flores con alcohol o agua, y a destilar las mezclas para producir un perfume líquido. Cuando se usaba agua, las esencias formaban una capa fina en la parte superior de la mezcla y podían separarse por decantación. De este modo se producía el agua de rosas a partir de los pétalos de las rosas. Éste es el inicio de la destilación por arrastre con vapor. Los descubrimientos árabes produjeron un gran impacto en la Europa medieval, y sobre todo la alquimia produjo furor en todos los reinos europeos.
Gradualmente se introdujo en Europa la práctica de enfriar el tubo de salida del alambique y, a partir del siglo XIV, la salida se convirtió en un serpentín condensador del que deriva el refrigerante moderno. Con esta mejora se consiguieron recuperar, por condensación, los líquidos y sustancias que tienen bajo punto de ebullición. Las primeras descripciones europeas del alcohol datan de los alrededores del año 1100. Se encuentran en manuscritos del gran centro médico que fue Salerno. Cien años después, el alcohol, obtenido por la destilación del vino, era ya una sustancia bien conocida. Durante la Edad Media, el alcohol concentrado solía prepararse en dos etapas; la primera destilación producía un alcohol de 60%, al que se le daba el nombre de aguaardens, o aguardiente, una nueva destilación subía la concentración al 96%, el producto final se conocía por el nombre de aqua vitae, o agua de la vida. En 1320, se producía alcohol en gran escala en Módena, Italia y su conocimiento se extendió a Francia y Alemania (Forbes, 1958). Monasterios y farmacias empleaban este alcohol para preparar cocciones de hierbas, que al principio se vendían como medicinas. La peste negra, que devastó la población de Europa, fue una de las causas de la difusión de la afición al alcohol fuerte. Después de ese holocausto, la costumbre de beber ‘‘brandy’’, licores y aguardiente o ginebra (de 33 a 45% de alcohol, o más), quedó firmemente arraigada como costumbre social. Hasta entonces los licores que se bebían contenían pequeños porcentajes de alcohol, tales como vinos y cervezas (7 a15% en volumen). El monasterio de los benedictinos, dio su nombre a un famoso ‘‘brandy’’. La técnica mejorada de la destilación hizo posible otro importante progreso en el campo de la química: desde 1150, los químicos italianos destilaron ácido nítrico de una mezcla de nitro y alumbre. Venecia, y algunas ciudades de Francia y Alemania, fueron los centros productores de este ácido, que era el principal reactivo empleado para la refinación del oro que contenía plata.

El ácido sulfúrico se producía en el siglo XIII, ya sea por destilación de alumbre, o quemando azufre sobre agua bajo una campana de cristal. En el siglo XV se destilaba ácido clorhídrico de una mezcla de nitro y sal común. El conocimiento de estos ácidos fuertes se difundió rápidamente, en todas direcciones; se aplicaron a la disolución de sales, en metalurgia y en el trabajo de metales, así como en calidad de agentes mordientes o de blanqueado. El conocimiento de los ácidos y los disolventes de bajo punto de ebullición, como el alcohol, resultó de extraordinaria importancia para el progreso de la química, tanto teórica como experimental. Los químicos antiguos se habían limitado generalmente al estudio de sólidos o líquidos. Ahora podían estudiarse los cuerpos en disolución con otros compuestos. La industria química se integró al dominio del gremio de los destiladores, que en el siglo prendía no sólo a los fabricantes de ginebra, sino también a los boticarios y a los fabricantes de ácidos. La destilación de ácidos abrió la puerta a la producción de diversos productos químicos nuevos. La medicina, en la primera parte de la Edad Media, no contaba en general más que con medicamentos en forma de polvos y jarabes. Estos últimos fueron reemplazados entonces por tinturas, es decir, disoluciones o destilados de la droga o, en específico, en alcohol. Los perfumes que se habían preparado siempre en la forma clásica, macerando hierbas y aceites o grasas, se empezaron a fabricar a la usanza árabe, es decir, por destilación y disolución con el alcohol.

Hasta el siglo XIX los alambiques fueron del tipo de lotes con poco reflujo; eran muy pequeños, de 30 a 80 centímetros de diámetro y 1.5 metros de alto, con todo y accesorios

La modernidad
Los primeros libros sobre destilación aparecieron en el siglo XVI (Brunschwig, 1500; Andrew, 1527); uno de ellos aparece más tarde, escrito por Libavius (1606). Boyle destiló alcohol de madera y vinagre, y recibió las diferentes fracciones de acuerdo con sus puntos de ebullición, lo que constituyó probablemente la primera destilación analítica. Tuvieron que pasar muchos siglos para que, al llegar la Revolución Industrial, se encontraran nuevos usos para la destilación. En esa época los experimentos realizados para obtener coque de buena calidad demostraron que el carbón desprende un gas inflamable al ser calentado. Ese gas no tardó en ser aprovechado para producir gas de alumbrado. Con ello, los subproductos de la industria del gas adquirieron una importancia creciente. Entre ellos estaba el alquitrán, del que se obtenía benceno, el cual, al descubrirse los colorantes sintéticos en 1856, condujo a las plantas destiladoras de alquitrán de hulla.
En 1800 Rumford usó vapor de agua como agente térmico. En aquel tiempo los investigadores franceses de vanguardia habían diseñado y ensayado las llamadas columnas de destilación. Éstas progresaron apreciablemente con el invento de la columna de rectificación de Cellier Blumenthal, en 1813. En 1822, Perrier inventó las campanas de burbujeo y desarrolló un alambique continuo, con precalentamiento de la alimentación y uso de reflujo interno
Por otra parte, Adam y Bérad diseñaron independientemente columnas para rectificar el alcohol extraído del vino. Blumenthal, combinó los principios utilizados por los dos inventores, para fabricar una columna que proporcionaba una corriente de alcohol rectificado a partir de una alimentación continua de vino; logró así el primer proceso de destilación a régimen permanente. Para 1850, las columnas rectificadoras de la industria del alcohol se empezaron a utilizar en las industrias del petróleo y del alquitrán de hulla. Entre 1860 y 1880, se descubrieron productos químicos valiosos tales como el benceno, el tolueno y el xileno, mediante la destilación del alquitrán.

mediados del siglo pasado se descubrió la forma de fabricar vidrio transparente, dúctil y capaz de soportar el calentamiento y enfriamiento continuos. Este vidrio tuvo su aplicación inmediata en la fabricación de aparatos y material de laboratorio. Ello significó una enorme ventaja sobre los equipos de metal y cerámica que se venían utilizando, especialmente por la resistencia química del vidrio, su transparencia y su maleabilidad, lo que permitió la fabricación de nuevos y complicados instrumentos de laboratorio. En el campo de la destilación, los alambiques se modificaron y aparecieron los matraces, columnas y condensadores, semejantes a los empleados hoy. Desde entonces, la destilación ha sido una de las técnicas de separación más empleadas en los laboratorios y en la investigación química, al tiempo que se la utiliza también como una técnica analítica. Por otra parte, desde mediados del siglo pasado los equipos más utilizados industrialmente estaban hechos de acero o de otros tipo de metal y recibieron el nombre de columnas de rectificación o columnas de destilación. Se trata de un equipo que consta de un calderín o rehervidor (en el cual se genera vapor), una columna con platos o con empaques (en la cual se lleva a cabo la rectificación, al ponerse los vapores en contracorriente con el líquido) y un condensador (en el cual se condensan los vapores salientes del domo, se regresa parte de ese líquido como ‘‘reflujo’’ y se extrae parte del mismo como un destilado o producto del domo) En estas columnas, la alimentación se efectúa por lo general cerca del centro de la columna. La parte por arriba de la alimentación recibe el nombre de sección de rectificación o de enriquecimiento y la parte de abajo sección de agotamiento. La industria de la refinación del petróleo sufrió también modificaciones profundas bajo el impacto de la investigación científica. En 1859 el coronel Drake demostró por primera vez la posibilidad de extraer el petróleo crudo del subsuelo de perforación, para no tener que depender exclusivamente de las afloraciones. Hasta 1900, cuando la industria automotriz daba apenas los primeros pasos, la industria del petróleo se había restringido a la producción de queroseno. Los procesos de refinación del petróleo y el correspondiente aparato técnico, eran en su mayoría adaptaciones de otras industrias, como la del alquitrán de hulla y la del alcohol. Gradualmente, las industrias del petróleo pusieron en práctica métodos más científicos en la destilación y refinación del petróleo. Este cambio recibió el impulso de la creciente demanda de productos distintos del queroseno: lubricantes, parafinas, asfalto, aceite combustible y sobre todo gasolina, que entonces se necesitaban en cantidades mayores cada vez para automóviles y aviones. Trumble, en Estados Unidos, ideó en 1812 la combinación de un destilador de tubos con columnas desolladoras y evaporadores. Esto resultó ser un sistema extraordinariamente flexible para adaptar las unidades destiladoras a la diversidad de crudos existentes. La refinación química, originalmente un proceso por lotes, se hizo entonces automática, hasta convertirse en una operación continua en recipientes cerrados, lo cual evitó la evaporación peligrosa y dispendiosa de fracciones ligeras. El equipo predecesor de las campanas de burbujeo o ‘‘cachuchas’’ fue inventado en 1822 por Perrier. Estas campanas se usaron como aparatos para mejorar el contacto del vapor que se introducía por debajo del plato en el que estaban las campanas. Arriba de las campanas se introducía vino, y por debajo vapor. El vapor no se mezclaba con el vino.

En 1830 Coffee desarrolló una columna continua que usaba tanto platos perforados como precalentamiento de la alimentación y reflujo interno. Cuando el gas natural vino a suplir la falta de combustible, pudieron extraerse compuestos valiosos con bajo punto de ebullición, como el propano y el butano.
Esto era imposible sin una destilación adecuada para eliminar los gases disueltos. Como consecuencia, los técnicos se vieron en la necesidad de idear nuevos tipos de columnas destiladoras. La destilación fue un arte durante el periodo de su desarrollo inicial. La invención de las campanas de burbujeo, los platos perforados, los condensadores enfriados con agua, el reflujo, el precalentamiento de la alimentación y la adaptación del proceso a la operación continua, se llevaron a cabo en el siglo pasado, aunque no se hicieron intentos para sistematizar o aplicar principios cuantitativos a los procesos de destilación.
En los últimos años del siglo XIX, Hausbrand (1893) y Sorel (1899), presentaron los primeros estudios matemáticos aplicados al diseño de las columnas de fraccionamiento. Sorel (1889) desarrolló y aplicó relaciones matemáticas para la separación fraccionada de mezclas binarias, primero a las que tenían alcohol y agua, e introdujo en sus cálculos los conceptos de entalpía molar, pérdida de calor, composiciones, reflujo y gastos. Otros investigadores de esa época fueron Barrel, Young, Rayleigh, Lewis, Rosanoff y Dufton. En 1925, W.L. Mc.Cabe y E.W. Thiele presentaron un trabajo (Mc.Cabe, 1925) ante la American Chemical Society, que presentaba un nuevo método sencillo, rápido e ilustrativo para calcular gráficamente el número de platos teóricos necesarios para la separación de los componentes de una mezcla binaria en una columna de rectificación. La aportación original de Mc.Cabe a este problema fue un gran paso en el diseño científico de unidades de destilación y demostró ser un gran progreso cuando pasaron a primer plano los nuevos sistemas de cracking hacia 1936.
Posteriormente, Ponchon y Savarit (1922) diseñaron un método para el cálculo de columnas de destilación para mezclas binarias, el cual no requería las simplificaciones del método de Mc.Cabe y que podía aplicarse a mezclas no ideales. Entre 1930 y 1960, se hicieron numerosos estudios para predecir la eficiencia de las columnas de destilación. Sin embargo fue a partir de que el Instituto Americano de Ingenieros Químicos formó una comisión para estudiar el problema (AIChE, 1958), cuando se pudo contar con un método confiable para obtener las eficiencias en columnas de destilación que trabajan con mezclas binarias. Una vez resuelto este problema, las baterías se orientaron hacia el diseño de columnas que trabajaran mezclas multicomponentes (Holland, 1988). El diseño de éstas recibió un impulso muy importante con el desarrollo de las computadoras modernas, el cual hizo posible la aplicación de ecuaciones de estado para el cálculo del equilibrio vapor-líquido.

El estudio de los sistemas azeotrópicos permitió también que se pudieran diseñar columnas que pudieran separar estas mezclas, para obtener productos puros, tales como alcohol a partir de una mezcla alcohol-agua. A pesar de que la operación unitaria de destilación es la que cuenta con más bibliografía y sobre la que se han efectuado y se efectúan más estudios e investigaciones, todavía no se ha agotado el campo, ni se ha dicho la última palabra sobre el diseño de los aparatos de destilación, que han probado ser tan útiles para la humanidad. Hoy, la destilación se reemplaza por otras operaciones que, o consumen menos energía, o son más eficientes, tales como la extracción líquido-líquido, la adsorción, la cromatografía, etcétera. Sin embargo, sigue presente en casi todos los procesos químicos, petroquímicos, farmacéuticos o de la industria alimentaria y vinícola. El aparato utilizado en la actualidad en la destilación continua está constituido por tres equipos integrados: un generador de vapor, rehervidor o calderín, un elemento que pone en contacto vapor y líquido, columna de platos o empacada, y un condensador, que es un cambiador de calor enfriado por agua o por un refrigerante
La rectificación o destilación continua con etapas y con reflujo puede considerarse, de forma simplificada, como un proceso en el cual se lleva a cabo una serie de evaporaciones y condensaciones. Estos fenómenos se llevan a cabo en los platos o charolas de la columna de destilación. Para ello, el líquido de cada etapa fluye por gravedad a la etapa inferior y el vapor de cada etapa lo hace hacia arriba, a la etapa superior. Por consiguiente, en cada etapa entra una corriente de vapor G y una corriente líquida L, las que se mezclan para transferir masa y tratar de alcanzar el equilibrio. La forma de lograrlo es la creación de una interfase líquido-vapor lo más extensa posible. La principal resistencia a la transferencia de masa está en la fase vapor, por lo que se han diseñado aparatos y dispositivos en los que el vapor burbujee dentro del líquido, para obtener así una mayor superficie de transferencia. Sin embargo, no es posible lograr que las corrientes que salen de una etapa estén en equilibrio, de allí que se hable de eficiencia, que es una medida del acercamiento al equilibrio. Los platos reales de una columna tienen eficiencias menores que 100 por ciento. Como ya se mencionó, el principio de funciona- miento de la columna (figura 3) es poner en contacto un vapor con un líquido más rico en el componente más volátil que el correspondiente al equilibrio. Al mezclarse íntimamente, el vapor tenderá a ponerse en equilibrio con el líquido, condensándose parte del componente menos volátil y evaporándose el más volátil. Mediante la repetición de esos contactos a contracorriente, el vapor se irá enriqueciendo y el líquido empobreciendo (en el componente más volátil) hasta alcanzar las composiciones del destilado y del residuo respectivamente. Como el proceso consiste en poner en contacto vapor con líquido y a la columna no le entra más que la alimentación, el vapor se genera evaporando parte del residuo o fondos, y el líquido retornando a la columna parte del destilado, que son las mezclas más pobres y más ricas, respectivamente, en el componente más volátil. La energía para que la torre funcione así es proporcionada por el calor que se introduce en el rehervidor, el cual causa la evaporación de parte del líquido que llega a éste. La corriente de vapor, conforme asciende por la torre, se enriquece en el componente más volátil.

Esta corriente se condensa en el condensador y una parte de ese líquido se regresa ----refluja---- hacia la columna y otra parte se extrae del domo como destilado o producto. La corriente del líquido que se refluja desciende por gravedad y se va enriqueciendo con el componente más pesado. Este proceso de enriquecimiento y empobrecimiento en determinados componentes se lleva a cabo en etapas sucesivas de la torre. Para entender más fácilmente este mecanismo es conveniente referirse a la figura 6, en la que se representa un plato y las concentraciones del líquido volátil en las corrientes líquida y de vapor.
En cada plato se pone en contacto el líquido que desciende del plato superior, L n—1 , con el vapor que sube del plato inferior, G n+1. Cuando la etapa se comporta de manera ideal se alcanza el equilibrio y las concentraciones son las correspondientes a la temperatura de equilibrio alcanzada, es decir, cuan- do la temperatura de ambas corrientes es la misma (t n ). En estas condiciones, la concentración del componente ligero en el líquido (X N ) y la concentración en el vapor (Y n ) son las concentraciones en el equilibrio. Aquí se puede apreciar también el efecto del empobrecimiento y enriquecimiento mencionados. La concentración del líquido que desciende, X n—1 , es mayor que X n , pero la concentración del vapor que sube aumenta, es decir, Y n es mayor que Y n--1

EL ALAMBIQUE

EL ALAMBIQUE


Muchas personas se sienten atraídas o curiosas por el funcionamiento de un alambique, el cual nos permite extraer el aceite esencial de muchas plantas aromáticas y medicinales o de elaborar alcohol mediante lo que se denomina destilación como es el conocido ejemplo del orujo proveniente de la destilación de los restos de uva procedentes de la elaboración del vino. El proceso de destilación de muchas sustancias es conocido desde hace mucho tiempo. Aristóteles (384-322 a. C.) obtuvo agua dulce mediante el sistema de destilación de las aguas marinas y Dioscórides y Plinio nos hablan de la obtención de la trementina mediante procesos similares de destilación. Pero los procesos eran primitivos y es entonces cuando aparece el alambique del cual la más antigua referencia la encontramos en una mujer: una tal Cleopatra que vivía en Egipto y que nada tiene que ver con la Cleopatra que fue reina de Egipto. Esta mujer describe y dibuja un aparato que pasó a denominarse "alambique de Cleopatra" o crisopea, el cual era muy sencillo pero útil para la destilación. Posteriormente, en el siglo III, el alquimista griego Zósimo de Panópolis ofreció diversos tipos de alambiques de Cleopatra, cuyos grabados se conservan en la Biblioteca Nacional de Paris. Pero fue Simesio quien a finales del siglo IV e inicios del siglo V quien perfeccionó un modelo auténtico de alambique que consistía en una caldera hermética de la cual salía un tubo que conectaba a un serpentín, el cual se introducía en un recipiente para poder ser enfriado con agua. A finales del siglo XVIII, Adam inventa un proceso de destilación por medio de vasos escalonados llenos de vino, que sería un anticipo de las modernas columnas de destilación. Consistía esencialmente en calentar el primer vaso hasta que los vapores de éste hicieran lo propio con el segundo y así sucesivamente; Cuando el líquido del primer vaso se agotaba se hacía descender el segundo, colocando el primero en el último puesto otra vez lleno de vino, y vuelta a empezar. Este proceso de destilación fue mejorado 30 años despues por Cellier Blumenthal.





El perfeccionamiento del alambique contínuo llega en el año 1826, cuando Robert Stein idea utilizar el propio vapor de agua que produce el mosto para evaporar el alcohol, logrando así un rendimiento mayor, aunque con el inconveniente de que el aguardiente es de menor cuerpo y casi sin ningún sabor, lo cual no deja tambien de ser una ventaja para los que buscan un alcohol neutro como son los que elaboran licores.En 1830, el irlandés Aeneas Coffey perfecciona este alambique contínuo, llegándose a instalar con su aparato en Escocia, donde es bien aceptado. Hoy en día, es el alambique más utilizado en las destilerías del mundo por su gran reendimiento.Sin embargo la perfección del alambique continuó partiendo del aparato perfeccionado de los árabes con el llamado alam bique pot, un aparato artesanal y delicado, el cual nos remite al origen alquimista de este arte mágico. Con este alambique se obtienen los mejores licores y aguardientes pero mediante un proceso lento y delicado, donde un fallo en la destilación significa obtener los perniciosos y peligrosos aromas de flemas y alcoholes metílicos. Este alambique tiene forma de pera y consiste en una caldera que antes eran de vidrio y ahora de cobre batido o metal, un capitel y un serpentín. El líquido a destilar se introduce en la caldera la cual se caliente en su parte inferior, bien sea con fuego directo como artesanalmente se hacía antaño o bien por medio de vapor de agua caliente. Durante ste proceso, los vapores desprendidos por el líquido en la caldera, ascienden y se concentran en el capitel, circulando por el serpentín (tubo en espiral) enfriando y condensando por medio de agua fría constante y saliendo finalmente en forma de líquido al final del serpentín a un recipiente o decantador en casos de destilaciones de aceites esenciales de plantas aromáticas. Des esta manera se obtienen en una primera destilación alcoholes muy aromáticos y con sabores fuertes y acerbos. Luego se hace necesaria una nueva destilación la cual consiste en repetir el mismo proceso pero con el destilado obtenido. Para evitar esto, que puede exigir varias destilaciones si se quiere obtener un aguardiente de alto grado y finura, se utiliza un rectificador, que puede consistir tanto en un aparato conectado al alambique, como en la llamada "lenteja de rectificación", que son dos conos de poca altura unidos por su base y colocados entre la montera o capitel y el tubo que lleva al serpentín, denominado "cuello de cisne". Son humedecidos contínuamente por agua, posibilitando así que los valores se condensen antes de salir al serpentín, cayendo el líquido de la caldera, enriqueciéndolo y rectificando el alcohol resultante, que puede alcanzar los 70º en una primera pasada. Esta lenteja peermite tambien controlar el proceso de rectificado por el sencillo procedimiento de variar la canttidad de agua que la refrigera, lo que se traduce en distintos grados y niveles de condensación de los vapores que recibe de la caldera.





De los árabes aprendimos mucho acerca de la obtención de aguardiente mediante la destilación del vino. El aguardiente es el primer producto que se obtiene de la destilación del vino. Tiene un gusto algo desgradable generalmente debido a que la fermentación de la glucosa que conteien el mosto y que se transforma en alcohol y anhídrido carbónico, nunca es completa. Una parte, entre un 5 y un 10% se convierte en alcohol etílico, amílico, butírico, etc, así como en ácidos y aldehidos que pasan al destilado y le comunican aromas y gustos especiales. El aguardiente de vino, cuando sale del alambique, es un líquido incoloro, entre 60º y 70º de graduación alcohólica. Su preparación se hace por lo general en dos fasesLa destilación del vino y la rectificación, que se hace separando "caps" y "cues", es decir, el primero y el último producto destilado. El aguardiente destinado al consumo acostumbra a tener entre 40 y 45º de graduación alcohólica. Para rebajar la graduación se utiliza agua destilada en proporciones según tablas existentes disponibles en farmacias. A mayor cantidad de agua lógicamente menor graduación alcohólica

viernes, 7 de diciembre de 2007

HISTORIA DEL RON



HISTORIA DEL RON
















El ron es un licor alcohólico destilado, obtenido a partir de la caña de azúcar, una planta originaria de la India, aunque otros entendidos señalan que es de China. El hecho es que las plantaciones de caña eran abundantes en Asia, lo que facilitó su expansión por Egipto en el Siglo IV antes de Cristo. La transformación de la caña de azúcar es la herencia de técnicas milenarias, desde que los soldados de Alejandro Magno, en ese entonces, produjeron "miel de caña" por evaporación en caliente de jugo de caña, siguiendo un procedimiento que les llegó de Bengala. Tres siglos después, los árabes fueron los primeros en destilar la caña de azúcar, produciendo una bebida llamada Arad. Además, introdujeron la planta en Europa.
Sin embargo, el refinado para producir el azúcar no vio la luz hasta 1470 en Venecia y para su introducción en nuestro continente hubo que esperar hasta mediados del siglo XVI. Los primeros canutos de caña salieron desde las Islas Canarias hacia las Antillas en el segundo viaje de Cristóbal Colón al llamado Nuevo Mundo en 1493, y en enero de 1494 fecundaron las primeras plantas. Ese mismo año, el Almirante Colón escribió al rey de España, diciéndole: “Mi Señor, la caña de azúcar que plantamos está creciendo bien y con éxito”. El clima antillano le sentó muy bien a la planta y los cañaverales crecieron.
La caña se trituraba para obtener su jugo, que luego se cocinaba para producir azúcar cristalizada para el ávido mercado europeo. La cunyaya, aparato indígena, fue el primer instrumento empleado para extraer el jugo de caña o guarapo. A éste le sucedieron trapiches o molinos tirados caballos y bueyes, ingenios o aparatos con fuerza hidráulica y, por último, las centrales, instalaciones más sofisticadas. La mano de obra aborigen fue sustituida por los esclavos negros traídos de África. Ya en el año 1539, en una Real Orden de Carlos V, se relacionaban varios productos de la industria cañera, como azúcar blanco, cuajado y purificado, azúcar refinado, espumas, mieles y remieles.
Los tallos de caña se exprimían para extraer el jugo, pero el líquido excedente o melaza se fermentaba. Según una leyenda, fue un esclavo que de forma casual bebió ese jugo fermentado, provocándole un estado de embriaguez. El padre Jean-Baptiste Labat observó que los salvajes, los negros y los pequeños pobladores de la isla fabricaban una bebida fuerte y brutal a partir del guarapo de caña, que los alegraba y reponía de sus fatigas, a la cual se le dio el nombre de tafia. Los colonizadores se asombraron al hacer el feliz descubrimiento de que si exponían este almíbar pegajoso al sol por suficiente tiempo, agregando un poco de agua, fermentaba hasta convertirse en algo parecido al ron actual y de inmediato le sacaron provecho. Pronto se comenzó a hablar en Europa de esa bebida fermentada que provocaba "extraños efectos a la conducta y el comportamiento de las personas". F
ueron los piratas los primeros en llevar por las Antillas la tafia. Se les puede considerar los primeros "agentes comerciales" de la precursora del ron. La palabra ron se menciona por primera vez en 1650, en documentos de Barbados, donde los colonos ingleses iniciaron la elaboración 20 años antes. Se le llamabakill-devil, que en inglés significa “mata-diablo” orumbellion, una palabra de Devonshire, Inglaterra, que significa “gran bullicio”, nombre que se le daba a las fiestas que los piratas celebraban después de haber obtenido grandes tesoros en sus incursiones. Ya en 1667 se le llamaba simplemente rum, que tal vez se deriva de rumbeillon o quizá de la última sílaba del nombre científico de la caña de azúcar,Saccharum officinarum. Del vocablo inglés rum provienen la palabra francesa rhumy la española ron. La predilección de los lobos de mar por el ron había sido instituida en 1655 por un inglés, el Almirante Penn, al ordenar la distribución diaria de una ración de licor entre los marineros británicos. Éstos recibieron raciones regulares hasta 1970. En 1731, el Almirante Edward Vernon ordenó diluir la ración cotidiana en una medida de dos porciones de agua por una de ron, a la que debía agregársele jugo de limón para prevenir el escorbuto entre la tripulación. Esta mezcla, uno de los primeros cocteles a base de ron de los que se tenga noticia, se bautizó con el nombre de grog, en honor al apodo del almirante, “Old Grog”. Barbados tenía fama de ser punto de partida difícil en las travesías hacia Europa a causa de los vientos y las corrientes oceánicas que rodean la isla, por lo que los marinos debían probar que habían estado allí para sortear las difíciles aguas. Un barril de ron Mount Gay, el licor por excelencia de Barbados, era testimonio de ello, convirtiéndose entonces en sello distintivo de los verdaderos marinos.
La historia del ron es la del Caribe. Era exportado a Europa desde las Antillas y fue un factor económico de importancia al convertirse en la principal moneda de cambio en el comercio colonial americano en los siglos XVII y XVIII. El ron también se exportaba a las colonias inglesas en América, pero la demanda era tan alta que se establecieron destilerías en Nueva Inglaterra, que importaban básicamente melaza. Fue la primera bebida destilada que alcanzó niveles industriales. Alrededor del 80 por ciento del producto era consumido en las colonias norteamericanas de Inglaterra y el resto era enviado a África para ser intercambiado por esclavos, marfil u oro. Vinculado a tan alegre bebida estaba el Triángulo de Nueva Inglaterra, organizado de manera siniestra: los barcos dedicados al tráfico de esclavos partían de Nueva Inglaterra hacia África con cargamentos de ron, utilizado como moneda de cambio para negociar con los proveedores de esclavos, que eran llevados a las Indias Occidentales, ya despobladas de aborígenes por los españoles, donde eran mano de obra imprescindible para las plantaciones de caña de azúcar. Su compra se pagaba con melaza, que era llevada a Nueva Inglaterra y convertida en ron, con el fin de permitir que la rueda siguiera girando. Además, en cada escalón del proceso había ganancias que le daban atractivo al negocio. Las colonias inglesas monopolizaron la producción y comercialización del ron durante esta época. En 1763 había 150 destilerías en Nueva Inglaterra, que se abastecían principalmente de las Antillas Francesas. El ron continuó siendo el principal licor destilado en los Estados Unidos durante sus primeros años de vida independiente. A veces era mezclado con melaza y se llamaba blackstrap; otras veces era mezclado con cidra, el fruto del cidro, produciendo una bebida llamada stonewall. En 1791, como consecuencia de la revuelta de los esclavos en Haití, que motivaron la destrucción de los ingenios azucareros, Cuba, que contaba con 300,000 habitantes, se convirtió en el monopolio de las exportaciones de azúcar hacia Europa.
A inicios del siglo XIX, con la introducción de la máquina de vapor, los trapiches aumentaron su capacidad y las roneras se multiplicaron por todo el país. En 1837 se implantó el ferrocarril en Cuba, antes que en España, el cual desplazó a la tracción animal para la transportación de la caña y el alcohol de toda la isla. En La Habana se abrieron tiendas y tabernas donde se compraba y saboreaba el ron, que se convirtió en parte de la vida cubana. Se impusieron una serie de avances tecnológicos vinculados con los alambiques, que obligaron a la corona española a favorecer el desarrollo de las exportaciones cubanas en la industria azucarera. Para 1860, había más de 1,000 destilerías en Cuba, pero el ron aún era una bebida áspera, fuerte, reservada a los piratas del Caribe. Facundo Bacardí Massó, un emigrante español, experimentaba con la destilación del ron en su casa, tratando de encontrar una fórmula que lo civilizara. Aquel catalán emprendedor y tozudo era consignatario de las ruinosas goletas que viajaban entre Santiago de Cuba y las islas del Caribe. Una noche de tragos en Martinica, en medio de una antológica borrachera, Facundo Bacardí le prometió a un francés un sitio en la goleta “La Esperanza” para trasladarlo a Santiago, de donde el viajero debería partir hacia su patria. Hizo una rápida amistad con aquel hombre, José León Boutellier que en sus maletas sólo llevaba buenos litros de un ron dulzón y extrañamente despojado de la dureza del ron de Jamaica que bebían los santiagueros. La amistad se tornó tan profunda que, mientras esperaba la salida del barco que lo llevaría a Marsella, Boutellier se alojó en la casa de Bacardí. La víspera de su partida, cuando bebían la última garrafa de ron, el francés le confesó a su amigo catalán que su oficio era vinatero y, en prueba de agradecimiento eterno, le confesó la fórmula secreta para fabricar aquel ron suave y fino, fuerte y agradable a la vez, con el que podría adueñarse del mercado de licores de Santiago de Cuba, donde sólo funcionaban cuatro alambiques que destilaban un aguardiente agresivo al paladar. Uno de esos cuatro alambiques, El Marino, pasó a manos de José Bacardí, hermano y socio de Facundo, en febrero de 1862. En el techo de la destilería vivía una colonia de murciélagos herbívoros. Considerados un signo de buena fortuna, se les permitió quedarse y se les utilizó como marca de fábrica, naciendo así la figura del murciélago de Bacardí. En 1878, al terminar la Guerra de los Diez Años, más de la mitad de los ingenios estaban destruidos o carecían de producción y muchos terratenientes estaban arruinados. Al frente de 150 hombres, campesinos y esclavos libres, Carlos Manuel de Céspedes, un terrateniente liberal y visionario, proclamó el grito "¡Viva Cuba Libre!" desde su ingenio La Demajagua, iniciando la rebelión y la guerra contra los españoles. Con la abolición de la esclavitud, la aparición del trabajo a destajo y el perfeccionamiento de los ferrocarriles, las destilerías incrementaron su rendimiento. Las fábricas adoptaron las botellas producidas en serie, sustituyendo a las artesanales, lo que facilitó su producción. Fue entonces cuando Cárdenas pasó rápidamente de aldea a ciudad, convirtiéndose por su posición geográfica en una vía natural de salida de la producción azucarera y una rica zona industrial con modernas fábricas, como la fundada por Don José Arrechabala, otro emigrante vasco, que dio origen al ron que lleva su apellido y al famoso Havana Club. Las principales fábricas de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba también produjeron rones de calidad cuyas marcas trascendieron al mundo, como San Carlos y Bocoy. A fines del siglo XIX, al término de la colonización española, el ron cubano le ganó la partida al brandy español y al coñac francés. En las destilerías de San Lino se elaboraba un fino y aromático brebaje, reservado exclusivamente a las mesas del famoso Moulin Rouge de París. En adelante, el ron cubano invadió los cabarets de toda Europa. Durante la primera mitad del siglo XX se mantuvo el desarrollo del comercio del ron, hasta que en 1959 triunfó la Revolución Cubana y al año siguiente se nacionalizaron las fábricas de ron. A partir de entonces la industria ronera fue reorganizada, se amplió su capacidad, surgieron nuevas marcas de ron, se mantuvieron otras y para exportar se utilizó la antigua y prestigiosa marca Havana Club.
La gama de rones Havana Club va de los blancos a los añejos y se completa con series especiales y exclusividades. Otras marcas cubanas famosas en el mundo son Caney, Legendario, Matusalem, Varadero, Bucanero y Caribbean Club. La mayoría de los antiguos dueños de las fábricas de ron abandonaron el país, entre ellos las familias Arrechabala y Bacardí. Esta última continuó haciendo uso de su marca en el exterior, produciendo su famosa bebida en otros países, entre los que está México. Puerto Rico es la base de la actual producción de Ron Bacardí, cuyo proceso de elaboración sigue inalterable desde 1862. Es la bebida más vendida del mundo. El ron es la bebida nacional de República Dominicana y uno de sus productos más reconocidos a nivel internacional. Históricamente, el apellido más antiguo del ron dominicano es Bermúdez, ya que uno de los primeros acompañantes de Cristóbal Colón, quien trajo la caña de azúcar, materia prima básica en la elaboración del ron, fue Don Diego Bermúdez. Por su parte, la familia Brugal lleva elaborando rones desde 1880, cuando Andrés Brugal Montaner, ciudadano español que había emigrado a Santiago de Cuba, decidió trasladarse hacia República Dominicana y establecerse definitivamente en Puerto Plata. Brugal comenzó a experimentar con mejores procesos de refinación y actualmente ofrece al mercado cinco variedades de ron, cada una de ellas con su propia personalidad y características.
En 1929, Julián Barceló, nacido en Mallorca, llegó a República Dominicana y fundó en la ciudad de Santo Domingo Barceló y Compañía. Desde entonces, esta empresa familiar ha crecido y se ha posicionado como una de las grandes exportadoras de ron. Bermúdez, Brugal y Barceló son actualmente las empresas dominicanas de ron más reconocidas por elaborar una bebida de prestigio y solidez, además de que a través de diversas fundaciones han contribuido en el desarrollo del pueblo dominicano. El fino ron dominicano es muy apreciado por su suavidad. A diferencia de la mayoría de los rones, se produce mediante un proceso más natural de destilación y su añejamiento a menudo se lleva a cabo en barrilitos especiales de roble blanco americano. En Venezuela, la caña de azúcar fue introducida en la primera mitad del siglo XVI, aunque no progresó de manera efectiva hasta el siglo XVIII. La marca Cacique es la más famosa. Su excelencia se debe a que en Venezuela todos los rones deben tener como mínimo dos años de añejamiento por disposiciones legales, mientras que en otro países el mínimo no pasa de los seis meses. Incluso el ron blanco es añejado y luego sometido a un proceso de blanqueo. El ron más pesado y de sabor más contundente se hace en Jamaica. Los rones de este país siempre son mezclados y envejecidos durante cinco a siete años, por lo menos. Gran parte de su envejecimiento y embotellado se realiza en Inglaterra. Usualmente se comercializan con un contenido alcohólico de 43 a 49 por ciento por volumen. Aunque son tradicionales los rones recios, de marcado sabor, están cobrando importancia los rones ligeros de fermentación rápida.
El ron de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, también tiene un fuerte sabor y un alto contenido alcohólico, mientras que el dominio francés sobre Haití influyó en la producción de su ron, que se destila dos veces, igual que el coñac, y que carece de color. Batavia Arak es un ron de sabor punzante producido en la isla de Java, Indonesia, y Artemi, fábrica de licores en Canarias, conserva la tradición de los secretos centenarios del esta bebida. El ron canario está considerado como uno de los mejores del mundo. En realidad, todos los países productores alegan que su ron es el mejor del mundo. Lo cierto es que se trata de una bebida con una calidad muy superior a la de sus inicios y seleccionar el mejor ron es cuestión de gustos. La Cuba Libre es la combinación más popular del mundo. Nació en 1898, en plena Guerra de Independencia. Un grupo de soldados estadounidenses fuera de servicio, unidos con Cuba contra los españoles, estaba en el Bar Americano de la Vieja Habana. Un capitán pidió Ron Bacardí con Coca-Cola, mucho hielo y unas gotas de limón.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Córdoba, La Bella.

Córdoba, La Bella.
Les Platico.

Como no poder vivir enamorado de esta bella tierra. Tengo el privilegio de vivir en un lugar mágico, para aquellos que nos gusta la historía y la exploración, este es uno de los mejores lugares donde se puede vivir.


Hay vestigios arqueológicos, haciendas, tuneles, leyendas, tesoros, caminos reales, palenques,
cuevas, rios, 5 sierras, cientos de lugares por conocer, explorar y documentar, ese el el motivo por el cual varios amigos con gustos en común, nos hemos propuesto realizar esta tarea.




Comenzaremos por desentrañar las leyendas y los lugares más conocidos, pero con la mayor profundidad investigativa posible, primero nos centraremos en las tierras que comprendieron el Cantón de Córdoba, para despues seguir avanzando por las tierras del Departamento, hasta cubrir la denominada zona de las Altas Montañas de Veracruz.



Después de conocer a fondo este hermoso valle de gran fertilidad y con enormes recursos, es incréible que la pobreza siga siendo generalizada, por lo que nos hemos propuesto impulsar el turismo, ya que lo consideramos un tipo de desarrollos tangible y posible en esta zona, por lo que la elabaracion de un inventario de recursos turísticos de la zona, será nuestra primera tarea a realizar. Buscamos detonar el fenómeno del desarrollo y del mejor vivir para todos los que tenemos el privilegio de poder pasar ver nuestras vidas, en estas hermosas montañas.

Por lo que solicito su ayuda, cualquier información, apoyo, ayuda y crítica constructiva y proactiva, serán bienvenidas, la tarea es de todos, lo que amamos a la Bella, a Córdoba.